Año: 1994
Materiales:
Dimensiones: 2,75 x 6,30 x 0,50 m.
Lugar: Avenida de Anaga
Juan Bordes. Las Palmas de Gran Canaria, 1948.
Viviendo en Las Palmas de Gran Canaria recibe clases de escultura de Abrahán Cárdenes, se traslada a Madrid ingresando en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y terminando sus estudios en 1972, años más tarde y tras haber ejercido la docencia durante varios años, es nombrado profesor titular del Departamento de Composición de la E. T. S. A. de Madrid. Su trabajo como escultor se desarrolla paralelamente, dando comienzo en la década de los años setenta, a partir de entonces de forma ininterrumpida participa en exposiciones individuales y colectivas en Madrid y Canarias. Su obra constituye parte del fondo de numerosos museos y fundaciones nacionales e internacionales. En el 2006 es nombrado miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Entre los proyectos de escultura monumental destacan el grupo escultórico en bronce del poblado mínimo de Vallecas, Madrid 1985; Los Relieves en la Fachada del Palau de la Música, Barcelona 1989; ocho fuentes publicas en conmemoración de las Olimpiadas de Barcelona, 1992; Monumento al Dr. Juan Negrín, Las Palmas de Gran Canaria 1992; El hombre Vituviano Plaza de la Remonta, Madrid 1995, etc. Además muchas de sus esculturas de gran formato han sido incorporadas a la obra arquitectónica de Óscar Tusquets.
Juan Bordes habitualmente desarrolla la técnica del modelado de cera y el vaciado en bronce por eso cada realización es como un alumbramiento, el propio artista se refiere a sus esculturas como figuras para la luz. Los cuerpos humanos son representados en distintas posturas buscando tensiones musculares, la aptitud de desgarramiento físico es un ejercicio para profundizar más en los límites de la existencia, la fortaleza, el vigor y el aliento de la vida.
El muro o relato de un equilibrio, obra en bronce, estaba ubicada originalmente en la Rambla General Franco, frente a un lateral del muro del Cuartel del Almeida, y este lugar tenía una relación más en consonancia con la escultura. Se desarrolla una escenografía de cinco figuras en posturas diferentes y colocadas en una gran estructura que a su vez esta dividida en dos partes, la parte superior son unos paneles ciegos (que se podrían relacionar con la pared de enfrente que también es un muro ciego de color gris) y la inferior donde se colocan los cuerpos. El resultado es una gran pantalla o escaparate que muestra movimientos humanos con las tensiones musculares propias de una actividad física.