Basa 29 (2006)
ESCENARIOS DOMÉSTICOS.
ENTRE LO VISIBLE Y LO INVISIBLE.
Frente a la habitual manera de representar el espacio doméstico, deshabitado, como un interior insípido y con un estilismo que tiene como objetivo vender un mobiliario generalmente ajeno a sus usuarios, este número nos acerca a la casa como lugar donde se vive, se come, se duerme, se ama y se discute, donde habrá gente que "a ratos será dichosa y, a ratos, no lo será, lugar donde hay paradoja, tragedia, patetismo, aburrimiento, amor y desamor".
La casa se convierte así en un escenario de la vida cotidiana, en un producto inacabado, con una historia interminable, donde vivieron otros, donde guardamos nuestros recuerdos y nuestros objetos, que hablan de nosotros y que se convierten en una prolongación nuestra, en una proyección del habitante.
Una vez que entramos a vivir en una casa, nos apropiamos de ella y comienza a dotarse de un contenido simbólico. Éste es trasmitido a través de la imagen fotográfica.
El reportaje central, que Basa encargó a la fotógrafa americana Beth Yarnelle Edwards, abarca un amplio espectro sociocultural y socioeconómico donde se privilegia la heterogeneidad y la diferencia en los estilos de vida. Con una indiscutible importancia como documento social, psicológico, antropológico y, por supuesto, artístico, trasmite cómo vive una sociedad a través de la amplia selección de fotografías que se recogen en diferentes espacios domésticos: cocinas, salones, dormitorios, porches, azoteas, etc.
Formas de vida en Canarias que, como señala el titular de la crítica de Robert Evren, no son tan diferentes de otros lugares.
La imagen de la portada representa a una familia moderna, visible, en un edificio moderno, con un interior lleno de luz, con pocos objetos, abierto al paisaje. En la contraportada, todo lo contrario: los personajes invisibles, fuera de la ciudad, con un interior abarrotado de objetos. Entre lo visible y lo invisible transcurre este recorrido fotográfico. Con su forma de fotografiar, entre la pintura y el cine, con una elegante puesta en escena, Edwards establece una relación intensa, sicológica, entre observador y modelo. Estos escenarios se convierten en paisajes, paisajes domésticos que se contemplan y sirven para la reflexión y que, como construcción cultural, reclama una interpretación que no se encuentra tanto en lo que se contempla, como en la mirada de quien lo contempla.
El reportaje de Luis Asín, que ilustra el recorrido que nos presenta Manuel L. Martín de la arquitectura doméstica construida en Canarias, también se aleja de la imagen que generalmente quiere dar el arquitecto -y las publicaciones de arquitectura-; una imagen vacía, realizada antes de la ocupación de la casa por el habitante. El texto se inicia con la descripción de la antigua casa canaria situada en la calle de Los Balcones, llena de historias, que tiene su contrapunto en una vivienda a estrenar situada en un acantilado con vistas al horizonte, donde vivirá su propio arquitecto.
Las miradas sobre el espacio doméstico realizadas por 8 mujeres -guiadas por M. Nieves Febles- también oscilan entre extremos. Desde la preocupación por la falta de espacio para almacenar, a la necesidad de espacio para reflexionar.
Entre lo visible y lo invisible, existe una pluralidad de mundos y realidades múltiples. Deslizándonos entre el realismo y el idealismo encontramos un territorio que nos interesa indagar. Ni concreto ni seguro.
Dirigir y ofrecer modelos lo dejamos para otros. Martha Stewart lo consigue; y así lo atestiguan Rem Koolhaas y Beatriz Colomina en la entrevista que ofrecemos.
1. DELGADO, Manuel. "Límite y construcción", en 26, n4 25: Josep Lluís Mateo. Obra reciente. Barcelona: GG, 2003.
2. MADERUELO, Javier. El paisaje. Génesis de un concepto. Madrid: Abada Editores, 2005.
